Alguien te nombró en una conversación y hoy me acordé de ti. Hace mucho tiempo que no recorro tus calles, que no me fijo en los nombres de las personas que habitan en ellas. Hay quien irá una sola vez en la vida por tus caminos para quedarse, otros van todos los días intentando encontrar lo que perdieron, y otras como yo vamos de vez en cuando. Los que viven allí pasean en silencio, ajenos. Siempre que voy me gusta visitar al señor mayor que vive en una de las plantas bajas, nunca me gustó verlo tan ausente, tan gris. Jamás podré devolverle la sonrisa pero espero que al menos no se sienta tan solo. A veces le hablo aunque él nunca me contesta, pero seguro que me escucha. Igual que con las chicas del "piso 93", a las que siempre me gusta contarles mis cosas sentada en la escalera. Nunca me dio miedo pasear por tus calles desiertas. Incluso podría atreverme a decir que echo de menos ir, porque creo que es el único lugar donde puedo hacer "mis curas de silencio".
Tal vez deba regresar uno de estos días...
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