domingo, 20 de enero de 2008

De recuerdos no se vive...


Es cierto que no se puede vivir de recuerdos porque eso es vivir anclado en el pasado, pero no significa que no podamos recordar cosas. Hoy me apetecía tomarme una cerveza con algunas de "mis niñas" y ese hecho tan insignificante me ha llevado a escribir. Algunas han cambiado de ciudad, una de país, otra se ha ido a pasar el fin de semana con el novio...


Echo de menos los desayunos en la facultad, las tapitas, los macarrones con chorizo de Ana, las largas sobremesas en la casa de Salinas, quedar para ir a la biblioteca y escuchar "vamos a ir cerrando" a las nueve de la noche e irte con la sensación de haber aguantado como una campeona todo el día estudiando... Me invade demasiado la nostalgia cuando pienso en los primeros años aquí.


Pero bueno, la vida se compone precisamente de eso, pequeños cambios y momentos. Esto no significa que las cosas vayan mal ahora, pero es cierto que echo de menos la ilusión que se tiene cuando llegas nuevo a un sitio y todo lo que ello implica.

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