sábado, 26 de abril de 2008

Besos...

Recuerdo aquella tarde primaveral en la que tras el almuerzo tocaba regresar al colegio, jornada partida. Tú me hiciste rabiar con una de tus bromas y yo, que aún después de 18 años sigo igual, me enfadé contigo y cuando me pediste que te diera un beso antes de irme me negué. Como imaginar que después sería la vida la que me negaría ese beso cada día...
Cuando me montaba en el coche miré hacia la ventana y sentí como se me cogía un pellizco en el corazón. Fueron dos horas horribles sentada en aquel pupitre deseando que fueran las cinco y media de la tarde para volver. No olvidaré jamás el gran abrazo que te di cuando regresé ni la bella sonrisa que se te dibujo en la cara.
Esta noche fueron dos besos los que eché en falta...

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