Esta mañana escuché la puerta, pero no imaginé lo que estaba sucediendo. Al rato llegó Cintia a mi habitación para contarme que la veterinaria había llegado y se había llevado a Spaghetti al centro de animales. Llevamos todo el día echándola de menos, tristes, intentando buscar una solución, barajando posibilidades... Anoche bajé y ella estaba en su cama, tapadita, la acaricié y le di las buenas noches... Pensándolo fríamente me alegro de haberme quedado con esa como última imagen, despedirme de ella no hubiera sido fácil. Solo espero que encuentre una buena familia pronto.
Aunque estuviera muy delgadita, su marcha ha dejado un hueco enorme...
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