lunes, 23 de abril de 2007

Llegó con la brisa de primavera y con ella se fué...



Un día abres una ventana y sin esperarlo se cuela una mariposa. La dejas que se pasee por tu habitación sin darle demasiada importancia pero te agrada su presencia. Abres los ojos a medianoche y la ves durmiendo en tu almohada, junto a ti. Abres el armario y sale de entre tu ropa. Se posa en tu ordenador mientras estudias...


Pero un día esa mariposa se cansa de dar vueltas a tu alrededor y se va por la misma ventana por la que entró. Y es en ese momento cuando te das cuenta de que no eres de piedra. Te encantaría abrir los ojos a medianoche y volver a verla...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hubo un invierno que fue primavera y un verano peor que el más frio de los inviernos. Pero ahora cada estación es lo que toca, aunque quiera que el mes de abril durara doce meses al año y que la primavera nunca terminase...